“Cuando la noche haya llegado a su tope final, la naturaleza dará paso a un nuevo ciclo de vida en el mundo indígena, permitiendo renovar los sueños, esperanzas y compromisos hacia un futuro mejor para todos...” (Armando Mario Lefío).
Con ceremonias de purificación los mapuches celebran el We Tripantu, el Año Nuevo Indígena. La celebración comienza la noche del 23 de junio (Noche de San Juan) con una reunión familiar, en la que se cuentan historias tradicionales, esperando la salida del Sol, el 24.
Es una celebración familiar, en la que participan adultos, niños y toda la diversidad de los seres vivos, porque el Sol es el Padre que aporta, a través de su energía opuesta y complementaria a la Tierra (que es femenina, opuesta y complementaria a la energía del Sol), para que se produzcan alimentos para todos los seres vivos, no sólo a los humanos. Es una fiesta de agradecimiento por la vida que se renueva. Se conversa con el Sol, porque el Sol está vivo, porque están contentos de que vuelva y con él sienten que los humanos vuelven a crecer. Es una concepción distinta del tiempo a la que tenemos nosotros, en la que lo antiguo queda atrás. Para los pueblos originarios lo antiguo se renueva siempre.
Durante la noche todos concurren a un río a bañarse y esperar la nueva salida del Sol con el cuerpo y espíritu renovado y limpio y sintiendo la fuerza del Dios Gnechen. Cuando el Sol y la Luz aparecen se dice Akui We Tripantu, llegó el Nuevo Año, de esta manera al amanecer del día 24 de junio se inicia otro ciclo de vida en el mundo Mapuche y en la Madre Tierra (Pachamama).
Durante el día continúan distintas actividades según la religión. Por lo general es un día de encuentro, armonización y equilibrio de las relaciones familiares. Ese día además, de contar historias, curar enfermedades, dejar lo viejo atrás y comenzar lo nuevo, agradecer por las cosas que pasaron, buenas o malas, ya que de unas se disfrutó y de otras se aprendió, de hacer las paces, y celebrar el año que se va, también se transmiten conocimientos ancestrales de generación en generación, sobre todo de la importancia que para ellos tiene el Sol. Y como no si es justo en esta fecha cuando comienza nuevamente a acercarse a la Tierra, después de la noche más larga del año, ha llegado el Solsticio de Invierno. Ocurre además, una actividad muy importante, se entregan oficialmente las funciones a la comunidad por los Lonkos a los nuevos integrantes de la vida burocrática, los jóvenes que ya están en edad de adquirir responsabilidades. Junto con el Wetripantu, nacen también los personajes nuevos para la comunidad. Además, ocurre un acto muy simbólico dentro de las familias. Ese día el abuelo, sella el pacto de linaje familiar, entregándole su nombre a su nieto en edad previa a la adultez. Esta ceremonia se llama (Lakutun) y es muy importante porque no solo se continúa el linaje sino que además, se preservan las tradiciones y riquezas propias de cada familia. También se hacen solamente durante esta noche, los Katawün, u orificios en la oreja para colocarse aros. Extraña costumbre adoptaba apenas un siglo antes de la llegada de los españoles, influenciados quizás por los Inkas.
El We Tripantu siempre se recibe con mucha alegría. A partir de ahora la Madre Tierra comienza a brotar fertilizada por el Sol, desde las altitudes Andinas hasta el extremo austral. Este ciclo observado por los pueblos originarios, marca el nacimiento de un nuevo período, a la par que brotan vegetales, semillas y flores, los ríos corren vigorosos y los animales cambian pelaje y comienzan a aparearse y generar más vida, se producen cambios en la tierra y el hombre también se renueva. En este nuevo período la tierra comienza a limpiarse con el agua que envía Gnechen a través del Ngenko (Espíritu del Agua), esta limpieza hace que comienze un nuevo ciclo, término del ciclo anterior de preparación del suelo, siembras, cosechas y la naturaleza debe limpiar y preparar la tierra para otro período y así sucesivamente.
Para comprender este pensamiento tal vez deberíamos fijarnos más en nuestro medio ambiente, en lo que nos rodea, en nuestros bosques y montañas, ríos y lagunas, valles y desiertos, en nuestra tierra que al final de cuentas es nuestro hogar.
Y por último les dejo la siguiente inquietud: Que Significado tiene para Nosotros la Celebración del Año Nuevo Occidental el 31 de Diciembre (1 de Enero)?
Con ceremonias de purificación los mapuches celebran el We Tripantu, el Año Nuevo Indígena. La celebración comienza la noche del 23 de junio (Noche de San Juan) con una reunión familiar, en la que se cuentan historias tradicionales, esperando la salida del Sol, el 24.
Es una celebración familiar, en la que participan adultos, niños y toda la diversidad de los seres vivos, porque el Sol es el Padre que aporta, a través de su energía opuesta y complementaria a la Tierra (que es femenina, opuesta y complementaria a la energía del Sol), para que se produzcan alimentos para todos los seres vivos, no sólo a los humanos. Es una fiesta de agradecimiento por la vida que se renueva. Se conversa con el Sol, porque el Sol está vivo, porque están contentos de que vuelva y con él sienten que los humanos vuelven a crecer. Es una concepción distinta del tiempo a la que tenemos nosotros, en la que lo antiguo queda atrás. Para los pueblos originarios lo antiguo se renueva siempre.
Durante la noche todos concurren a un río a bañarse y esperar la nueva salida del Sol con el cuerpo y espíritu renovado y limpio y sintiendo la fuerza del Dios Gnechen. Cuando el Sol y la Luz aparecen se dice Akui We Tripantu, llegó el Nuevo Año, de esta manera al amanecer del día 24 de junio se inicia otro ciclo de vida en el mundo Mapuche y en la Madre Tierra (Pachamama).
Durante el día continúan distintas actividades según la religión. Por lo general es un día de encuentro, armonización y equilibrio de las relaciones familiares. Ese día además, de contar historias, curar enfermedades, dejar lo viejo atrás y comenzar lo nuevo, agradecer por las cosas que pasaron, buenas o malas, ya que de unas se disfrutó y de otras se aprendió, de hacer las paces, y celebrar el año que se va, también se transmiten conocimientos ancestrales de generación en generación, sobre todo de la importancia que para ellos tiene el Sol. Y como no si es justo en esta fecha cuando comienza nuevamente a acercarse a la Tierra, después de la noche más larga del año, ha llegado el Solsticio de Invierno. Ocurre además, una actividad muy importante, se entregan oficialmente las funciones a la comunidad por los Lonkos a los nuevos integrantes de la vida burocrática, los jóvenes que ya están en edad de adquirir responsabilidades. Junto con el Wetripantu, nacen también los personajes nuevos para la comunidad. Además, ocurre un acto muy simbólico dentro de las familias. Ese día el abuelo, sella el pacto de linaje familiar, entregándole su nombre a su nieto en edad previa a la adultez. Esta ceremonia se llama (Lakutun) y es muy importante porque no solo se continúa el linaje sino que además, se preservan las tradiciones y riquezas propias de cada familia. También se hacen solamente durante esta noche, los Katawün, u orificios en la oreja para colocarse aros. Extraña costumbre adoptaba apenas un siglo antes de la llegada de los españoles, influenciados quizás por los Inkas.
El We Tripantu siempre se recibe con mucha alegría. A partir de ahora la Madre Tierra comienza a brotar fertilizada por el Sol, desde las altitudes Andinas hasta el extremo austral. Este ciclo observado por los pueblos originarios, marca el nacimiento de un nuevo período, a la par que brotan vegetales, semillas y flores, los ríos corren vigorosos y los animales cambian pelaje y comienzan a aparearse y generar más vida, se producen cambios en la tierra y el hombre también se renueva. En este nuevo período la tierra comienza a limpiarse con el agua que envía Gnechen a través del Ngenko (Espíritu del Agua), esta limpieza hace que comienze un nuevo ciclo, término del ciclo anterior de preparación del suelo, siembras, cosechas y la naturaleza debe limpiar y preparar la tierra para otro período y así sucesivamente.
Para comprender este pensamiento tal vez deberíamos fijarnos más en nuestro medio ambiente, en lo que nos rodea, en nuestros bosques y montañas, ríos y lagunas, valles y desiertos, en nuestra tierra que al final de cuentas es nuestro hogar.
Y por último les dejo la siguiente inquietud: Que Significado tiene para Nosotros la Celebración del Año Nuevo Occidental el 31 de Diciembre (1 de Enero)?
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